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Las medias de compresión, a veces llamadas medias de várices, aprietan suavemente las piernas de tal forma que promueven el flujo sanguíneo de las piernas hacia el corazón. Las medias de compresión que llegan al muslo o a la cintura ayudan a reducir la acumulación de sangre en las piernas y permiten evitar mareos o caídas al ponerse de pie.

Las medias de compresión que llegan hasta la rodilla ayudan a restringir la hinchazón por acumulación de líquidos en la parte inferior de las piernas y sirven también para prevenir úlceras venosas o el desarrollo de coágulos sanguíneos en las piernas, especialmente cuando se las usa después de una cirugía o de haber estado inactivo durante un tiempo. Además, las medias de compresión ayudan a reducir el dolor provocado por las venas varicosas.

Las medias de compresión que aprietan poco se venden sin receta médica; en cambio, las medias que aprietan fuerte necesitan tener la prescripción de un proveedor de atención médica y, según la afección a tratarse, ciertas especificaciones como la fuerza de la compresión y la longitud de la media. Además, hay que tomar en cuenta varias preferencias personales, tales como el modelo de punta abierta o cerrada y el color, así como las distintas marcas entre las que escoger.

Normalmente, esta prescripción se surte en una tienda de suministros médicos donde personal capacitado las mide y prueba bien. Un factor importante es medir las piernas cuando están lo menos hinchadas posible, cosa que suele ocurrir temprano en la mañana. Cuando las piernas están muy hinchadas, posiblemente sea necesario usar vendas de compresión primero para reducir la hinchazón al mínimo antes de medirlas y probarlas.